Estos días hemos recibido varios mensajes en los que nuestras clientas nos preguntan de qué modo favorecen más los chales de Again que han recibido de regalo. Para todas ellas, hemos decidido escribir este post explicando tres formas distintas de ponerse un chal, ser el centro de atención y multiplicar las opciones del armario. ¿Se puede pedir más? Imposible.
Tres formas de ponerse un chal
La diferencia entre un chal de calidad y el resto está en la caída y entrando en nuestra web podrás comprobarlo. Es decir, simplemente colocándolo entre las manos se puede observar a través del tejido, el grosor, la forma y acabado si es una prenda de primera o segunda fila. Nuestros chales de cashmere ya desde el escaparate apuntan maneras. Son tupidos al tiempo que ligeros, compactos al tiempo que delicados, envolventes a la vez que suaves. Eso sí, al colocarlos suelen ganar incluso más. ¿Cómo? Sigue leyendo.
Antigua grecia
¿Te has detenido alguna vez a pensar que la historia de la moda es siempre una vuelta a las formas clásicas para reinvertarlas de nuevo? El mítico diseñador Givenchy ya lo decía. Por eso miramos a la antigua Grecia, a los Romanos, a las elegantes mujeres del Renacimiento y en ellas encontramos la inspiración a la hora de colocar el chal.
Se trata de la forma más convencional de colocarse un chal. Nos encanta porque es propio de las distinguidas señoras griegas de la antigüedad. Puedes inspirarte en las esculturas y pinturas de entonces o en las posteriores del romanticismo que evocan aquellos cánones de belleza. El chal se coloca sobre la cabeza, dejando ver parte del cabello y a continuación se cruza en un lateral. Es un modelo perfecto para proteger los odios también los días de frío. Pero además, da un halo de glamour y distinción, que, incluso, con vaqueros y botas de apresquí, resultará elegante. ¿El touch? Unas gafas XXL de sol.
Aire Indi cruzado
Otra original manera de colocar el chal es cruzado como si de la parte de arriba de un sari se tratase. Es decir, el sari, que es el traje típico de las mujeres en la India en la parte de abajo llevan una falda con varios pliegues. El resto de tela que sobra se cruza desde la cintura hacia arriba y cuelga por detrás.
Este modo de colocar el chal es original, diferente y aunque no lo parezca, abriga exactamente igual que el otro modelo. ¿En qué consiste? Apunta. Desde el cuello, una parte cubre el hombro, y la otra, va bajo el brazo para cruzarse por debajo, subir y pasar por encima del lado protegido por el chal. Para añadirle algo de sofisticación si quieres puedes rematar con un broche a la altura del corazón, recogiendo una parte de la tela. El efecto final es único.
Vuelta y nudo
Tal vez es el la manera más convencional de colocarse un chal pero no por ello menos favorecedora. De hecho, la mayoría de las mujeres es como lo suelen llevar a diario para protegerse del frío y darle un punto de glam a su look.
Primero dobla el chal buscando que quede lo más largo posible. Si es rectangular une la parte más estrecha. Cuando sea cuadrado, pliega primero en un triángulo y después dobla. Así conseguirás aumentar el largo. ¿Para qué? Podrás, si dejas la punta visible, colocarlo como una semipañoleta, cruzada con un nudo sobre uno de los hombros. Eso sí, la versión que más nos gusta es un doble recorrido sobre el cuello, y con el resto rematar el estilismo con una lazada justo a la altura de la barbilla. ¿Te atreves?