Si existe una prenda que no puede faltar en el armario de toda mujer es un vestido y un chal para vestido será siempre una gran combinación.
Siempre existe el vestido por excelencia, el que nos saca de un apuro y del que tirar en uno de tantos confusos días lunares en los que la inseguridad gobierna nuestro paso.
Nada como un elegante vestido con un chal colorido para llenarnos de seguridad mientras arrancamos un piropo al espejo. Y es que una prenda bella y elegante provoca que todas cambiemos de actitud y salgamos a la calle dispuestas a comernos el mundo.
Ya lo dijo el maestro de la moda, Yves Saint Laurent:
“Con los años he aprendido que lo más importante en un vestido es la mujer que lo lleva puesto”
¡Bravo por nosotras!
¿Sabíais que la prenda favorita de las mujeres a lo largo de la historia ha sido el vestido? ¡Por algo será!
No han sido pocas las mujeres que a lo largo de la vida nos han enseñado la evolución de dicha prenda. ¿Te subes en la máquina del tiempo con AGAIN Cashmere para darnos una vuelta por la historia?
Mujeres que destacamos…
Helena de Troya o Esparta
En la hermosa Grecia tanto hombres como mujeres, llevaban túnicas a modo de vestido. La seductora Helena de Troya o Esparta fue un personaje de la mitología griega que destacó por su belleza y por ser causante de la famosa “Guerra de Troya”. Las túnicas de tamaños inmensos que envolvían a las mujeres nos recuerdan a nuestros chales de hoy en día.
Cleopatra
La magnética Cleopatra, una de las mujeres más atractivas de la historia, lucía como nadie un vestido o túnica blanca que adornaba con deslumbrantes collares y complementos dejando admirado al mismísimo Plutarco.
La atractiva y fascinante reina, cuidaba su piel con esmero protegiéndola de sol con un largo y eterno chal sobre los hombros mientras caminaba por los jardines. Y como ya sabemos, entregándose a largos baños de leche de burra para aclarar y nutrir su piel.
Con el paso de los años, las mujeres empezaron a vestir con más capas. Y como broche utilizaban un chal para vestido en su vida cotidiana. La ropa interior requería crear volúmenes en los vestidos que se llevaban.
Isabel la Católica
Isabel la Católica llevaba trajes de tejidos con brocados, hilos de oro, terciopelos o telas de una gran calidad. Siempre muy tapada debido a sus creencias religiosas y con complementos en la cabeza.
María Antonieta
En el SXVIII, María Antonieta revolucionó la corte francesa con sus pelucas- nadie conocía el color verdadero de su pelo -, tocados y sombreros, pero, sobre todo, inventó el “pequeño vestido blanco” que se convirtió en símbolo de la mujer revolucionaria. Siempre por delante en moda, sus vestidos fueron tanto criticados como admirados.
En la época, los vestidos de las mujeres eran escotados y sugerentes, con lo que se dejaban abrazar por un chal para cubrir los hombros y que el sol no bronceara su piel blanca, símbolo de la alta sociedad y como en Grecia, de la belleza y la dulzura. ¡Go for it!
Sissi Emperatriz
La romántica Sissi Emperatriz siempre destacó por sus trajes elegantes y su extrema delgadez. Una cosa que nos deja patidifusos es su obsesión por el cabello al que dedicaba más de tres horas diarias. Su peluquera, lo lavaba con una mezcla de huevos y coñac cada tres semanas. Dicen que su melenón pesaba más de dos kilos y medio, y le llegaba a los pies.
Coco Chanel
La inigualable Coco Chanel siempre fue una maestra por delante del resto, puso de moda los trajes de dos piezas: falda con un cuerpo, pantalón con chaqueta… y dio lugar al nacimiento de una mujer moderna y estilosa. El vestido negro de Chanel es un clásico de la moda.
Valentino
No podemos dejar de mencionar el fascinante vestido “rojo” de Valentino. Un icono de la época que ha perdurado en los años y ha llegado a dar nombre a la tonalidad del color.
El vestido en la actualidad
Hoy en día, la mujer ya no sólo quiere un vestido para toda la vida, si no, llenar el armario de diferentes modelos y propuestas que crean las firmas para poder vestirse con más variedad e “ir más a la moda”.
También ha llegado el “Low Cost” que nos permite adquirir prendas a buenos precios. De esta manera, menos mal, podemos mezclar alguna prenda de grandes firmas con prendas low cost consiguiendo un estilo propio y personal.
Los vestidos son una de las prendas más cómodas y fáciles de combinar. Un vestido consigue que estés siempre perfecta. Cambiando el zapato plano por uno de tacón, transformarás el estilo rápidamente. Incluso un vestido con unas zapatillas converse harán de tu outfit la última tendencia.
Un vestido puede ser de manga larga o manga corta, de tirantes (de distintos grosores) o palabra de honor.
Hoy en día, los mares de la espalda se vuelven océanos y consiguen ese punto chic, elegante y muy sexy.
Sin renunciar a un vestido para cualquier época del año o momento del día, un chal para vestido será el aliado perfecto que nunca te fallará para posibles cambios de temperatura. Tu mejor pareja de baile.
Esta temporada se llevan vestidos estampados con un largo hasta la rodilla. Con vuelo y entallado en la cintura para crear volumen y dar forma al cuerpo.