AGAIN Cashmere, making off New Collection 2016

AGAIN Cashmere, making off New Collection.

El making off de AGAIN Cashmere es una de las grandes experiencias con las que se abre la nueva temporada. Momentos tan divertidos y excitantes como estresantes y cargados de impulsos. Quieres que todo salga como habías planeado: perfecto.  Y cuando comienzas te das cuenta de que todo lo perfecto agota y no es real. La belleza está en la imperfección, con lo que mejor que sea la vida lo que nos lleve a disfrutar de los momentos y dejar en la cuneta todas esas emociones negativas que nos llevan al bloqueo creativo.

Así pues, de esta guisa, con la ilusión  como compañera de la jornada fotográfica comenzamos la sesión.

Mauri, el fotógrafo, colocó su kit , la iluminación y el trípode, el fondo blanco y demás enseres. La maquilladora, sus pinceles y brochas. La estilista preparada y los modelos en sus puestos. Todo a punto para lanzarnos de lleno a ese océano de sensaciones sólo apto para los adictos a la maravillosa fibra natural que recibe las letras mágicas de la palabra  cashmere.

No resultó fácil. No sólo por los más de 28 modelos para mujer y 12 para hombre, en más de 10 colores, sino que conjugar los complementos con las prendas provocaba que nos estrujáramos la cabeza para que todo saliera a pedir de boca. Cuando más o menos conseguimos organizarlo, la estilista y nosotras, más contentas que un niño con zapatos nuevos, llegó una pequeña tormenta que más bien fue convirtiéndose en un vendaval de emociones con el que ninguno contaba.

Tal vez fuera la luna llena, o la transición del verano al otoño, pero lo cierto es que ninguno de nosotros contaba con un elemento  que nos invadía y salió a flote al comenzar la sesión: el mal de amores.

Así como suena, todos los presentes estábamos así, con mal de amores. Con  deciros que el rimmel de la modelo se corría continuamente, la desgana del modelo hombre se mezclaba con el sollozo del fotógrafo, mientras aquí , la presente , se ocultaba entre las prendas para evitar que alguno viera la lagrimita. La estilista, que resultó ser la única sensata, ejerció de psicóloga al tiempo que nos traía un gin tonic a cada uno. Justo en ese momento Eva, la coach vecina, nos recomendó la lectura de unos libros de auto ayuda.

Y de repente, sin saber el motivo, la energía cambió. Y comenzaron las risotadas. Con lo que haciendo nuestras las palabras del gran Zorba, el Griego: “Qué esplendorosa catástrofe”, comenzamos cuatro horas más tarde la sesión.

La sesión más maravillosa de todas las que llevamos. Una sesión de vida y sentimientos. Una sesión de amor y belleza en ese mundo de emociones que supone el cashmere.

¿Qué es el cashmere y la vida sino una continua historia de amor?